El 22 de Noviembre se celebra el día de la Música y nuestro Cine Club ha organizado un homenaje a este arte, que ha acompañado al hombre desde los albores de su existencia, presentando películas en las cuales la música es protagonista en cada obra que vamos a disfrutar.
Todas las presentaciones, de cada una de las películas del mes de noviembre, fueron realizadas por profesionales de la música, del arte, del cine, del sonido, de la creatividad, amigos cinéfilos y amantes de la música.
Por otro lado, la proyección del miércoles 23 será la última de la Temporada 2011, y por lo tanto para celebrar el cierre, los invitamos a un brindis después de mirar la película.
Director: PERCY ADLON
Guión: Percy Adlon, Eleonore Adlon, Christopher Doherty
Música: Bob Telson
Fotografía: Bernd Heinl
Año: 1987
Duración: 91 minutos
País: Alemania
Reparto: Marianne Sägebrecht, Jack Palance, Christine Kauffman, CCH Pounder, Monica Calhoun
Premios: 1988: Nominada al Oscar: Mejor canción original; Cesar: Mejor película extranjera; Premios Guldbagge (Suecia): Mejor película extranjera
En Estados Unidos, en medio del desierto de Mohave, Jasmin, una alemana y su marido tienen una fuerte discusión. Ella se baja del auto y llega a un bar de carretera, el BAGDAD CAFÉ, regentado por una mujer de raza negra llamada Brenda.
Jasmin se instala allí y, poco a poco, entabla amistad con los clientes habituales, mientras consigue transformar el destartalado local en un lugar muy popular, al que cada noche acude una numerosa clientela.
Una crónica del encuentro con "el otro" de la manera más radical.
Una música que siempre quedará en el recuerdo. Hay que dejarse envolver por las notas de Calling You, el tema compuesto por Bob Telson.
Es sin duda una metáfora al paraíso, representado por un pequeño café de carretera. Con esta premisa y la excelente banda sonora completan una de esas películas que nos deja una sonrisa en la cara cuando las hemos visto.
Miércoles 2 de Noviembre
ALEXANDER NEVSKY
Presentación a cargo de Pablo Herrera
Director: SERGEI M. EISENSTEIN
Guión: Sergei M. Eisenstein & Piotr A. Pavlenko
Música: Sergei Prokofiev
Fotografía: Eduard Tissé (B&W)
País: Unión Soviética (URSS)
Año: 1938
Duración: 112 minutos.
REPARTO: Nikolai Cherkasov, Nikolai Okhlopkov, Alexandr Abrikosov, Dmitri Orlov, Anna Danilova, Vera Ivacheva
Con música del gran maestro Sergei Prokofiev, en 1938, después de una década sin estrenar ninguna película, Eisenstein volvió a rodar otra obra maestra, su primera película sonora: un relato épico del siglo XIII sobre el príncipe Alexander Nevsky, que defendió victoriosamente el norte de Rusia del ataque de los teutones: la batalla se libró sobre la superficie helada del lago Peipus. También tuvo que hacer frente a la invasión de Rusia por el ejército mongol dirigido por Gengis Khan.
Lo impresionante del trabajo del director, es la extraordinaria compenetración que consigue entre la magnífica fotografía de Eduard Tissé y la soberbia banda sonora de Prokofiev, que es para muchos, la mejor de la historia del cine.
Su influencia ha sido notable. Al escuchar el inicio del corte de la batalla final, se podrá descubrir en sus acordes un preludio de lo que más tarde serían bandas sonoras como la de Tiburón, Psicosis y media docena de películas de suspense.
La película se rodó por encargo de Stalin para levantar los ánimos del pueblo ruso ante un posible ataque de la Alemania nazi.
Desapareció de los cines un año después, tras la firma del Pacto Molotov- Ribbentrop (pacto de no agresión entre la URSS y el régimen nazi).
Con la II Guerra Mundial a las puertas, Stalin ultimó este pacto de no agresión con Hitler, pero paralelamente a estas acciones políticas, Stalin preparó psicológicamente al pueblo soviético para la guerra que se avecinaba.
Mientras tanto, otras consignas se propagaron por las tierras rusas. Por un lado, el líder procuraba su deificación, buscando convertirse en el hombre fuerte, en el referente a seguir por el pueblo y por otro, se precisaron y robustecieron las directrices estéticas del llamado “Realismo Socialista”.
Miércoles 9 de Noviembre
THE SOUL OF MAN
Presentación a cargo de Alejandro Arroz
Acompañado del corto COPLAS DEL SILENCIO del 3er. Taller Anual de Cine
Director: WIM WENDERS
Guión: Wim Wenders
Música: Estrellas invitadas: Beck, T-Bone Burnett, Nick Cave and The Bad Seeds, Vernon Reid, David Barnes, Alvin Youngblood Hart, Marc Ribot, Shemekia Copeland, Eagle Eye Cherry, Garland Jeffreys, Los Lobos, Bonnie Raitt, Lou Reed, The Jon Spencer Blues Explosion, James "Blood" Ulmer, Lucinda Williams, Cassandra Wilson, Cream, John Mayall.
Fotografía: Lisa Rinzler
Productor: Martin Scorsese
País: Estados Unidos
Año: 2003
Duración: 103 minutos
En THE SOUL OF MAN, el director Wim Wenders nos muestra la tensión dramática entre lo sagrado y lo profano dentro del mundo del Blues, explorando la música y las vidas de tres de sus artistas preferidos: Skip James, Blind Willie Johnson y J.B. Lenoir. La película, en parte histórica y en parte búsqueda personal, nos enseña cómo fueron estas vidas dedicadas a la música, al blues y al jazz, a través de una extensa ficción, de escenas de la vida actual a modo de documental y de canciones de músicos contemporáneos.
Producida por Martin Scorsese, THE SOUL OF MAN es una serie de personales películas dirigidas por algunos de los directores más importantes de los últimos tiempos, que capturan la esencia de la música blues, mostrando su influencia y su historia, desde sus raíces africanas a su papel inspirador de la música actual, desde el rhythm & blues o el country al rock & roll y el hip-hop.
Miércoles 16 de Noviembre
4 ELEMENTS 4 SEASONS (4 ELEMENTOS - 4 ESTACIONES)
Presentada por Norberto Ramírez, Director de la Trilogía Documental sobre escritores salteños conformada por los largometrajes KOPLA VERA, YO Y EL TIEMPO, Y DE FRANFURT A HUMAHUACA. Además es el Director de Sonido de LUZ DE INVIERNO y PALLCA.
Intépretes:
Akademie für Alte Musik Berlin: orquesta
Ariadna Daskalakis: violín
Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola: dirección, coreografía, danza
Equipo Técnico:
Jörg Bittner: diseño de la iluminación
Dirección: Brigitte Kramer & Jörg Jeshel
Producción: Akademie für Alte Musik Berlin con Radialsystem y Sasha Waltz y Visitantes, con el apoyo de la Bundeskulturstiftung.
Temas:
Antonio Vivaldi (1678 -1741)
Las cuatro estaciones
Primavera, opus 8 nr. 1, RV269
Verano, opus 8 nr. 2, RV315
Otoño, opus 8 nr. 3, RV293
Invierno, opus. 4, RV297
Jean-Féry Rebel (1666-1747)
Les Elements, nouvelle Simphonie
Intérprete: Midori Seiler
Orquesta / Conjunto: Academia de Música Antigua de Berlín
El bailarín y coreógrafo Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola ha sido un miembro de la compañía Sasha Waltz y una persona de la danza desde hace años.
Aquí - el desarrollo de una idea Sasha Waltz - se yuxtaponen dos piezas de música de programa pronto para formar un concierto coreográfico. Estas dos piezas del barroco – Antonio Vivaldi, Las Cuatro Estaciones y Jean-Féry Rebel, Los Elementos - tienen un tema relacionado, pero son muy diferentes. En Los Elementos, la bailarina describe el proceso de la creación y el ciclo de crecimiento y decadencia. En las Cuatro Estaciones, es la propia orquesta - la famosa Akademie für Alte Musik de Berlín - la coreografía. Los músicos transforman las estructuras musicales en el movimiento espacial, con la violinista Ariadna Daskalakis jugando un papel central.
Comentarios
"Four Elements - Four Seasons" es un espectáculo denominado concierto coreográfico, es decir, asistes a ver un concierto pero con la peculiaridad de que los propios ejecutantes o algún bailarín adicional te representan una descripción corporal de lo que la música intenta describir (música programática). En este caso las piezas elegidas son Las 4 Estaciones de Antonio Vivaldi y Los Elementos de Jean-Féry Rebel.
¿Que es una apuesta arriesgada? Pues si. ¿Que habrá gente más "purista" que defienda que esta música no fue concebida para tal interpretación corporal y visual? Pues también. Pero reitero que me ha encantado. Ver a esos intérpretes ejecutar de manera soberbia tirados por el suelo, bajo sábanas, a hombros... pues es fascinante y tiene un mérito destacable. Además, creo que la música clásica debe buscar nuevos caminos para llegar a todos y todas. Y ésto tiene buena pinta...
El concierto comienza con la interpretación de los 4 elementos de Jean-Féry Rebel (tierra, fuego, aire y agua). La orquesta en este caso solo ejecuta un acompañamiento sonoro, mientras el bailarín recrea una coreografía basada en estos elementos. Algunas veces muy abstractas pero creo que muy entendibles para el espectador. Luego prosigue con lo que se podría considerar el plato fuerte del espectáculo: las 4 estaciones de Vivaldi. La orquesta participa directamente en la interpretación totalmente descriptiva, haciendo un show totalmente vistoso, ameno e impresionante para los asistentes.
La impactante Fábrica de Cristal de Volkswagen acogió uno de los últimos y más atrevidos espectáculos del Festival de Música de Dresde. «4 Elementos - 4 Estaciones» es una creación que la compañía berlinesa de danza de Sasha Waltz encargó hace un par de años al legazpiarra Juan Kruz Díaz de Garaio y que desde entonces ha cosechado una buena acogida allá donde se ha representado, a pesar de ser una propuesta bastante extrema en algunos aspectos. Basada en dos ciclos de piezas barrocas, «Los Elementos» de Jean-Féry Rebel y «Las cuatro estaciones» de Vivaldi, la coreografía de Garaio pone en pleno movimiento a los músicos de la orquesta, que deben realizar acciones como tocar con una manzana en la cabeza, tocar subidos en escaleras, revolcarse por el suelo o robarle besos al bailarín principal, en este caso un Juan Ruz que ha heredado el papel directamente de Garaio y que lo defiende de una forma excepcional.
El desarrollo ideado por Garaio se aferra sólidamente a lo que las músicas, con un programa bien definido, quieren expresar, y quizá por eso pueda parecer algo ingenua por momentos. En «Los elementos», el bailarín chapotea en el agua como un niño, después se calienta al fuego y, cuando un vendaval le atrapa, le vemos zarandeado con violencia por el suelo. No obstante, Garaio sabe vestir estas situaciones ingenuas siempre con movimientos de gran expresividad y una cierta originalidad, y además empapar todo ese entramado de situaciones con un gran sentido del humor, que es lo que hace de esta creación algo tan fresco y divertido. El de Dresde, un público serio que al principio pareció mostrarse algo escéptico hacia la propuesta, terminó pasándoselo en grande con momentos como la escena de los borrachos del «Otoño» de Vivaldi o con las continuas subidas y bajadas de la violinista Midori -hay que ver en que berenjenales se mete esta mujer-, de los hombros de un Ruz que representaba a ese agobio insoportable del verano. Los músicos de la Akademie für Alte Musik dieron lo mejor de sí mismos en lo coreográfico, sin que esto empañara demasiado su rendimiento interpretativo, que estuvo a un nivel más que aceptable y, además, tan lejos sus figuras de las habituales en el mundo de la danza, formaban un grupito bastante hilarante cuando se ponían a realizar según que movimientos.