EL HOMBRE DE LA CASA, Un hombre que a cambio de un lugar para vivir en estos tiempos de desamparo, está encargado de la limpieza de una enorme panadería abandonada, metáfora de las ruinas de un país que teniendo grandes riquezas naturales, está sumergido en su peor crisis económico – social. Historia de pocos personajes y una sola locación donde la cámara debe convertirse en un personaje más, mostrando el mundo interior de Juan y el espacio escenográfico que lo angustia. La estética de El Hombre de la Casa bucea en la soledad humana, en la marginación, pero también en los momentos poéticos del hombre.
La decadencia de la vieja panadería, sus descoloridas paredes, sus trastos, son retratados con una iluminación expresiva, realizada por Martín Aibar, que trasmite el empuje de Juan hacia los bordes.